¡¡No he cocinado un calabacín tan grande en mi vida!! Fijaros con que «pedazo» de calabacines «luna» o «bola ocho» nos trajo la tía de Ramón de su huerto. Es la primera vez que los planta y han crecido hasta alcanzar las dimensiones que veréis ahora. Decidí rellenarlos de marisco porque al ser tan grandes quería que no resultasen muy pesados de comer.
Ingredientes; 2 Calabacines Luna gigantes o 6 calabacines Luna pequeños, Mejillones (calculad según el tamaño de los calabacines), Gambas, Palitos de cangrejo, Harina, Pimienta, Nuez moscada, AOVE, sal, Queso en lonchas y huevos.
Lavamos los calabacines bien, les quitamos la parte superior. Ponemos una cazuela grande agua a hervir con un puñadito de sal. Introducimos los calabacines (que queden cubiertos de agua, lo cual yo tenía difícil xq no me cabían en ninguna olla) y los dejamos cocer unos 8 minutos. Pasado este tiempo los sacamos con mucho cuidado y colocamos en un plato boca abajo, para que escurran el agua. Con ayuda de un sacabolas (o con una cuchara y un cuchillo) los vaciamos, dejando más o menos un centímetro por las paredes y el fondo.
Picamos muy fina la cebolla y la ponemos a pochar en una sartén con aceite de oliva virgen extra. Cuando empiece a quedarse transparente, añadimos la pulpa del calabacín muy picada. Salamos y dejamos cocinar a fuego medio unos 10 minutos, hasta que el calabacín esté blandito. Añadimos entonces los mejillones, las gambas y los palitos de surimi, todo en trozos de 1 centímetro más o menos, y una pizca de sal y pimienta. Salteamos un par de minutos, hasta que coja color. Por último, añadimos tres cucharadas de harina, pimienta y nuez moscada vamos dando vueltas hasta que se deshaga y se mezcle bien, y cuando este tostado, agregamos la leche (yo le he puesto desnatada porque es la única que compramos).
Cuando la mezcla ya esté lista (no se pega en los filos de la sartén) rellenamos los calabacines con ella. Los ponemos en una fuente antihaderente especial para el horno, les ponemos una loncha de queso de cabra y un huevo. Horneamos y mientras preparamos el Salmorejo (click aquí para ver la receta)
Ahora solo tenemos que extender el salmorejo en el fondo del plato y poner el calabacín encima del mismo. Le da un color muy bonito y contrasta con el verde de la verdura.
Para que podáis ver el tamaño real de los calabacines, los pusimos juntos en la bandeja que mide 70 cm… ¡¡¡parecían sandías!!! Los que conocéis a podéis imaginarlo calculando más o menos su tamaño corporal con el plato que porta jejejeje.
