La receta de hoy, es de esas «de toda la vida». Un clásico que recorre toda la geografía española, y que forma parte del recetario de muchas familias la Dorada a la espalda. No esta mal usar uno de estos fondos de armario para cuando no te apetece mucho cocinar pero quieres algo rico [sí, aunque no lo parezca a los cocinicas de vez en cuando nos gusta tomarnos un respiro]. Esta vez, mi madre, aprovechando la temporada, ha usado este curioso híbrido de brécol y coliflor llamado «romanescu» que lo ha cocinado al vapor, sustituyendo a las archi-conocidas y archi-enemigas patatas [Las odio por dos motivos, a) Engordan como demonios y b) porque están demasiado buenas]. Como todas las especies de esta familia, el romanescu es rico en vitamina C, fibra soluble y carotenoides ¡¡perfecto para una dieta sana!!
Ingredientes para dos personas; 2 doradas, 4 ajos, guindillas o cayenas al gusto, Aceite de Oliva Virgen Extra,Vinagre de Jeréz, Pimienta y Sal y Limones para adornar.
Procedimiento; Quitamos la cabeza y la cola de la dorada, la abrimos y le quitamos la espina. La mejor opción es pedirle al pescader@ que nos la prepare para hacer esta receta, no me preguntéis como, pero todos saben como se hace 😉
Ahora engrasamos ligeramente una placa de horno con aceite de oliva virgen extra. Ponemos un poco más de aceite en las doradas y salpimentamos. Introducimos en el horno entre 3 y 4 minutos a 220 grados. Mientras, picamos ajo y guindilla y los rehogamos en una sartén aparte con aceite de oliva caliente, y para que salga una salsita para chuparse los dedos, incorporamos un poco de aceite frío y un poco de vinagre. Sacamos las doradas de la sartén y echamos por encima el sofrito de ajo, la guindilla y el vinagre. Decoramos Dorada a la espalda con unas rodajas de limón y perejil.