Gracias a esta iniciativa, pudimos visitar las zona de producción de Cordero Segureño de Santiago-Pontones (Jaén) conocer su cultura y realizar visitas a distintos destinos locales para comprender el trabajo que hay detrás de ello. Conocimos como se cría el cordero, como se alimenta de los pastos, y como contribuye el pastoreo a prevenir incendios en verano.
ampoco faltó el lado gastronómico que nos llevó a este famtrip, y para ello, además de degustar los platos de la zona pudimos visitar la fabrica de embutidos caseros Angelita y la carnicería «La Pilla» dónde pudimos aprender a despiezar un cordero. Desde allí nos trasladamos en 4×4, visitamos Pontones, el nacimiento del Río Segura, los campos de Hernan Perea y el Pino Galapan para desembocar en la explotación ganadera de Antonio Punzano Nieto, dónde pudimos conocer los animales de más cerca. Ya en el restaurante-hotel rural Don Domingo disfrutamos de la gastronomía regional, compartimos impresiones y pudimos degustar el cordero segureño de la zona. Además de los pintorescos paisajes de esta desconocida serranía, uno de los mayores reclamos turísticos para la zona es la trashumancia para el manejo del ganado. Gracias a la proyección del documental «Por la verea, los caminos de la trashumancia en la Sierra de Segura» de Ángel Acuña y Darío Ronnachiari pudimos aprender sobre la vida de los pastores durante la época de trashumancia. Durante los meses de invierno, cuando la nieve y el frío se apoderan de esta zona de la sierra, los pastores trasladan al ganado a través de las vías pecuarias, llegando hasta los pastos de Sierra Morena dónde permanecen hasta que pasa el invierno, un viaje memorable y al que cualquiera pude asistir acompañando durante 4-5 días a los pastores y el ganado.
Pasado el medio día, continuamos nuestro camino por el río Zumeta y Segura, pasando por el embalse del salto de la novia, embalse del Anchuricas y la Toba, y subida por despierna caballos hacia Santiago de la Espada, lugares a los que pienso volver para disfrutar de la naturaleza y del aire que allí se respira, pues se nos hizo de noche y apenas pude ver el final del trayecto. Finalizamos nuestra jornada disfrutando de la gastronomía de Santiago-Pontones en el mítico Hotel San Francisco con su famosa Sopa de Almendras.