Se baten las cinco claras a punto de nieve. Después se añaden las yemas y se remueven. Se va echando la harina poco a poco y se remueve con una espátula de madera poco a poco
Se echa el aceite a esta gacheta como hebra de hilo y sin parar de remover. Esta operación es lenta y hay que remover hasta que el aceite esté bien mezclado.
La masa estará cuando no se pegue al palo o cuando se agriete. Se deja reposar una noche y a la mañana siguiente se vuelve a remover bastante rato.
Pasado ese tiempo, se divide la masa en 15 partes (quizás sea necesario aceitarse las manos para que no se pegue la masa a los dedos). Se forman cilindros con ellas, como si se trabajara con plastilina, y se unen los extremos para darles la forma final de rosquillas.
Precalentamos el horno a 180ºC
Colocar las rosquillas en la bandeja del horno, dejando espacio entre ellas pues crecen bastante mientras se hornean. Se introducen en el horno unos 10-15 minutos o hasta que se vean doraditas. Se sacan del horno y se dejan enfriar.