1 cucharada de pimentón (dulce o picante, al gusto)
1 cucharada de harina de maíz
1/2 vaso de vino blanco (unos 100 ml)
100g. de Jamón serrano en tacos
1 cda. de curry
Perejil
Aceite de Oliva Virgen Extra
Sal
Elaboración paso a paso
Lo más tedioso es limpiar los mejillones, aunque no tardarás mucho. Lo mejor es que te pongas unos guantes de cocina y, con un cuchillo, cortes todas las barbas y pelillos de los mejillones que sobresalgan, y retires cualquier residuo marino que se haya adherido a ellos. Ponlos en una escurridera y lávalos bien bajo un buen chorro de agua fría.
En una olla, añade los mejillones, medio vaso de agua, un poco de sal y las hojas de laurel. Pon el fuego fuerte y tapa la olla. Cuando empiece a hervir, las conchas irán abriéndose. Al cabo de 2-3 minutos deberán estar todas abiertas (compruébalo con un vistazo rápido), apaga el fuego y reserva. Cuela el caldo resultante y déjalo en un recipiente, lo usaremos después para la salsa.
Parte la cebolla en juliana muy fina, y el ajo en rodajitas y en una sartén con un poco de aceite y fuego medio-alto, saltéalos durante 5 minutos hasta que esté ligeramente dorada.
Pica perejil y añádeselo, también la harina, y remueve bien. Añade al cazo el vino blanco, deja durante 1 minuto que se evapore el alcohol, y a continuación añade el caldo de cocción de los mejillones (previamente colado) y la cucharada de pimentón. Mezcla bien, deja el fuego suave y deja la salsa cociéndose durante 5 minutos, removiendo de vez en cuando.
Separa las conchas de los mejillones, y deja en la cazuela solamente las conchas que tienen los mejillones pegados.
Pon de nuevo la olla con los mejillones a fuego medio, y vierte por encima la salsa. Deja cocer 2-3 minutos, removiendo de vez en cuando e intentando que los mejillones queden bien impregnados con la salsa. Si la salsa se espesa demasiado, añade un poquito de agua.
Notas
La mayor variante es que la puedes hacer con otros moluscos, como almejas o berberechos, haciendo exactamente la misma receta. Añade pimentón picantesi te gusta un toque más potente, o dulce si no quieres restarle protagonismo al propio sabor de los mejillones.