En un cazo ponemos el agua, el vinagre y de forma opcional para aromatizar el jengibre, la hierbabuena (o mental) y el azúcar moreno.
Cuando empiece a hervir retira el fuego tapa con un plato y deja aparte hasta que se enfríe por completo.
Lava las fresas, quita el rabito y parte a la mitad (o déjalas enteras). Introduce en un frasco de cristal limpio y seco.
Cuela el líquido que hemos hervido y vierte sobre el tarro de fresas hasta que estén totalmente cubiertas.
Cierra la tapa de forma hermética e introduce en el frigorífico donde puedes almacenar durante meses.
Si quieres conservarlo fuera de la nevera necesitas pasteurizar los frascos hirviéndolos para hacerles el vacío y almacenando en un lugar donde no de directamente la luz del sol.