Ponemos una cazuela al fuego con un fondo de aceite de oliva virgen extra.

Cuando el aceite esté caliente doramos la carne por todos sus lados removiendo para que se haga por igual pero que no se ‘cueza’. Cuando esté dorada salpimentamos y retiramos.

En esa grasa (añadimos un poco más de aceite de oliva si es necesario) rehogamos la cebolla y ajos picados con la hoja de laurel, la zanahoria y la calabaza.

Cuando estén pochados añadimos el pimentón, damos unas vueltas con cuidado de que no se queme, y volvemos a poner la carne.

Añadimos las hierbas y el vino y dejamos que evapore el alcohol.

Si has usado solomillo puedes añadir las patatas troceadas ya directamente. Si has usado otras carnes más duras, como el lomo o jamón, tendrás que guisarlas añadiendo un poco de agua o caldo hasta que la carne esté tierna. Este proceso se puede hacer en olla a presión.

Al poner las patatas se añade también el perejil picado y si quieres puedes agregar alguna verdura troceada, judías verdes, champiñones, guisantes… a tu gusto.

Movemos la cazuela para que las patatas no se deshagan y su almidón engorde la salsa.

Cuando estén tiernas las patatas retiramos del fuego y dejamos reposar 10 minutos para que se asiente el guiso antes de servir.